/p>>Recientemente abría sus puertas, junto a la Bahía de Santander, El Pantalán, el nuevo restaurante del chef Bruno Arrarte especializado en arroces y parrilla, y basado en productos locales y de temporada. Una arrocería cantábrica de interiorismo blanco y fresco…

El restaurante luce un interiorismo sencillo y luminoso, en tonos blancos
El restaurante luce un interiorismo sencillo y luminoso, en tonos blancos

El santanderino Bruno Arrarte ha pasado por establecimientos emblemáticos de la ciudad como como Posada del Mar, Marina de Pedreña o La Casona del Judío, y ahora ha iniciado su proyecto más personal, El Pantalán. Un restaurante-arrocería donde manda el producto fresco, local y de temporada.
Arroz cremoso con almejas
Arroz cremoso con almejas

En carta destaca la gran variedad de arroces, seña de identidad de la casa: hasta 17. Desde la tradicional paella de marisco o el arroz con verduras de temporada hasta arroces melosos de bogavante o calamares en su tinta.
No faltan propuestas más originales como el de rabo de toro o el de ciervo, o la selección de risottos como el de carrilleras de cerdo ibérico, de rape y almejas o de hongos y foie a la plancha. Todos ellos de textura al dente y ejecución impecable.
Los otros grandes protagonistas son los pescados y carnes frescas, como no podía ser de otro modo en Cantabria, que Bruno Arrarte compra cada día en el Mercado de la Esperanza y prepara a la parrilla. Bacalao, merluza, rodaballo o lubina, y, para los más carnívoros, chuletillas de lechazo 0 solomillo de vaca.
Finalmente, el remate de un buen almuerzo llega de la mano de un postre casero.  Entre las tentaciones, el queso fresco con membrillo, la tarta quebrada con melocotón o la tarta de chocolate con crema inglesa.
Atún rojo con salsa teriyaki
Atún rojo con salsa teriyaki

En esta nueva aventura, Arrarte cuenta con el apoyo de su mujer, María José Zulueta, quien se ha encargado además de la decoración de  El Pantalán con  gusto y sencilles, alejado de toda estridencia para no desviar la atención de la cocina.
Así, ha optado por tonos blancos, únicamente salpicados por imágenes de pantalanes, tejidos nobles como el algodón o el lino y flores frescas en las mesas. El resultado es un espacio sereno y agradable para disfrutar de la experiencia gastronómica.