Se llama Vilalúa y se presenta como la primera franquicia de pulpería gallega. Ya cuenta con tres restaurantes operativos en Santiago de Compostela (centro comercial As Cancelas) y Madrid (Jorge Juan, 71 y Ayala, 87). Sus bazas: escogida materia prima de pequeños productores gallegos, respecto a la tradición y una escuela propia de pulpeiros. Se buscan franquiciadores.

Pulpo en Vilalúa
En los locales Vilalúa el pilpo se cuece y corta al momento, a la manera tradicional

El primer restaurante Vilalúa se inauguró en el año 2011 en la calle Ayala, en pleno madrileño Barrio de Salamanca. Con él se pretendía recuperar y actualizar la pulpería gallega, un tipo de establecimiento con siglos de tradición especializado en tratar uno de los platos más reconocidos en la gastronomía en España: el pulpo a feira.
La carta de Vilalúa quiere resaltar la riqueza culinaria de Galicia y, aunque su especialidad sea el pulpo, la carta de complementa con otras propuestas de la gastronomía gallega como carne richada (receta con dados de ternera del interior de Galicia), navajas, zorza, mejillones, pimientos de Herbón…
La propuesta de Vilalúa pasa por una cocina de recetario tradicional, trabaja con materia prima seleccionada. Para ello, durante los tres últimos años, los creadores de la cadena han estado trabajando en Galicia para tejer una red de suministradores con pequeñas explotaciones y en las principales lonjas de bajura que les garantizan producto con garantía de origen.

Vilalúa ofrece un modelo de negocio diferente de la oferta actual, eficiente en procesos productivos y en uso de recursos, y pionero, ya que es la primera cadena de comida gallega

En cuanto al pulpo, su seña de identidad,  Vilalúa ha recuperado el oficio centenario del pulpeiro y a través de la escuela de pulpeiros propia consigue que en todos sus establecimientos se cocine el pulpo a la antigua usanza: en una enorme caldera y cocido y cortado a la a vista de los clientes. Hecho al momento, y no recalentado en microondas.
Hasta ahora no había ninguna cadena que se especializase en esta temática. En este sentido,  Vilalúa ha actualizado el concepto tradicional de pulpería, adaptándolo a las exigencias de los hábitos de consumo urbanos, pero conservando los valores de siempre como la calidad y la preparación artesana.
El pulpo a feira es un plato con muchísima aceptación, con una preparación muy sencilla, y una propuesta flexible de consumo informal.
La cadena quiere seguir respetando su exclusividad en el producto y su gusto tradicional, por lo que su crecimiento será constante pero controlado, ubicándose sólo en ciudades con una alta cultura gastronómica.
En cuanto al perfil del franquiciado, la firma está buscando a emprendedores apasionados por la gastronomía gallega que quieran involucrarse «en una franquicia innovadora, genuina, bien constituida y con unos interesantes márgenes de beneficio«, aseguran. La inversión inicial, incluido canon de entrada, parte de 82.100 euros.
En definitiva, Vilalúa ofrece un modelo de negocio diferente de la oferta actual, eficiente en procesos productivos y en uso de recursos, y pionero, ya que es la primera cadena de comida gallega.