Los españoles cada vez salen menos, y empiezan a preferir los restaurantes a los bares. Así, según datos de Nielsen, el pasado año el número de bares descendió un 1% para dejar lugar a la restauración organizada, que creció un 7%. Además, el ocio nocturno cae para dejar paso a los planes de día…

profesional horeca, consumiendo en una terraza de un bar
El consumo diurno en hostelería va ganando terreno al nocturno

Ir a tomar algo al bar forma parte del ADN social de los españoles, pero este hábito está cambiando. España registró el año pasado una disminución de 2.000 bares en sus calles, mientras que la llamada restauración organizada (las cadenas de restaurantes) creció con 640 nuevos establecimientos netos, según datos de Nielsen presentados en HIP 2020.

De esta manera, el número de bares descendió en 2019 hasta los 165.736 establecimientos, un 1% menos; mientras que las cadenas de restauración se van abriendo paso y crecieron un 7%, hasta los 9.370 locales en todo el país.

Unas cifras que muestran que los españoles están pasando de ser “parroquianos” del bar de toda la vida a ser consumidores. La comida el elemento diferencial, lo que está en el centro de las experiencias y, por tanto, lo que inclina su elección hacia un tipo de local «que le ofrece la consumición completa con una oferta de comida más amplia y trabajada», señala el estudio de Nielsen.

La caída del número de bares tiene que ver con la concentración urbana y, al mismo tiempo, la progresiva despoblación rural y de pequeños municipios. Donde se concentra la mayor parte de cierres de bares es en Castilla y León, Castilla-La Mancha y algunas zonas de Aragón y la franja cantábrica

Otra de las razones que explican este cambio tiene que ver con la concentración urbana y, al mismo tiempo, la progresiva despoblación rural y de pequeños municipios. Así, donde se concentra la mayor parte de cierres de bares es en Castilla y León, Castilla-La Mancha y algunas zonas de Aragón y la franja cantábrica. En cambio, la restauración organizada encuentra su acomodo en las grandes ciudades, siendo Madrid y Barcelona donde tienen lugar el mayor número de aperturas.

Cada vez menos asiduos a la noche

Otro de los cambios es que los esàñoles están dejando de ser asiduos a la noche y se pasan al día. El 64% de las bebidas ya se consume antes de la puesta de sol, según datos de Horeca Digital Lab, el laboratorio de tendencias digital de hostelería de Nielsen. 

Esta tendencia es fruto de los muchos cambios que han ido afectando al consumo nocturno, como la aparición del carnet por puntos, el boom de aplicaciones para ligar, el envejecimiento de la población o el auge de los festivales, entre otras. Todo ello lleva a que los establecimientos de ocio nocturno cayeran el año pasado un 4%, hasta los 16.500 locales. Y esta caída afecta sobre todo a Madrid, Barcelona y parte de Andalucía (Sevilla, Córdoba y Málaga).

Por su parte, junto con la restauración organizada, el otro canal que creció el año pasado fue el de hotel+restaurante, aupado por las cifras de turismo, ya que España volvió a batir récords el año pasado, al recibir la visita de 83,7 millones de personas. De esta forma, estos locales crecieron especialmente en las zonas de costa, así como en Madrid y en Barcelona, es decir, en los epicentros turísticos.

“Los nuevos hábitos están condicionando el canal”, señala Esther Rivera, responsable de Hostelería de Nielsen.El consumidor está cambiando la manera de disfrutar y de consumir ocio, desplazando consumos y ocasiones que antes realizaba en el canal tradicional a nuevos entornos, como los festivales de música, que mueven cada año 6 millones de personas; la batalla por el salón de casa; el delivery y el on the go. Se consolida el consumo diurno, donde se multiplican las ocasiones de consumo y las oportunidades, mas allá del famoso “desayuno, comida y cena” y la personalización del surtido se vuelve esencial para captar clientes”.