En su nueva entrega de soletes, Guía Repsol ha seleccionado a más de 300 nuevos establecimientos con solera repartidos por toda España, homenajeando tanto a negocios clásicos que han resistido al paso del tiempo como al empuje de jóvenes que deciden apostar por lo auténtico.

Guía Repsol ha presentado en Córdoba la décima edición de sus soletes, que en esta ocasión se centra en los establecimientos con solera: negocios centenarios que perduran contra viento y marea; casas de comidas con arraigo; negocios familiares, nuevos bares y casas de comidas tradicionales con jóvenes hosteleros al frente.

La Taberna de Antonio Sánchez, en Madrid
Foto: Alfredo Cáliz

La selección ha dado lugar a un listado de más de 300 nuevos ‘soletes con solera, repartidos por todas las provincias españolas. Entre ellos, negocios que han resistido durante décadas, fieles a un mismo concepto. Algunos de ellos son centenarios, como Casa Enrique en Granada, Casa Montoliu en Tremp (Lleida), La Taberna de Antonio Sánchez en Madrid o la Antigua Pastelería del Pozo, también en la capital.

También reciben un reconocimiento las barras «de toda la vida», y las cafeterías y pastelerías tradicionales tienen una representación muy especial

Del mismo modo, tienen su espacio los jóvenes profesionales que han apostado por la tradición, como Zuriñe García en El Txakoli de El Paladar, en el Gran Hotel Puente Colgante de Portugalete (Vizcaya), que dirige junto a su restaurante de alta cocina.

Los txipirones en su tinta que Zuriñe García hace en El Txakoli de El Paladar, en Portugalete
Foto: Sofía Moro

En la selección no faltan proyectos que acaban de arrancar, pero que luchan por rescatar la tradición y la memoria gustativa, como hacen Mario Pizarro y David Ripalda en el jerezano Matria, o los jóvenes que han reabierto negocios ya cerrados, como La Majada, en Artenara (Las Palmas).

Hasta hay bocadillos de autor con ganadería propia, y pan de obradores locales, como Chichalovers en Santiago de Compostela, así como neotabernas que recuperan los aperitivos de siempre, como Doble y Gilda en Madrid.

Buena parte de los establecimientos que han obtenido este solete con solera trabajan de manera sostenible: también en eso consiste la tradición. Igualmente el producto de proximidad, el aprovechamiento y el ahorro de energía son comunes a todos ellos.

Queremos celebrar a quienes se han mantenido fieles a los sabores en los que se reconocen varias generaciones«, señala María Ritter, directora de Guía Repsol. «Estos soletes con solera comparten una filosofía común que se nutre del entorno y la herencia recibida, tan vigente en pueblos y ciudades pequeñas y que en los últimos tiempos ha contagiado de ese arraigo a las grandes urbes y a una parte de los que están estrenando sus negocios».

Consulta el listado de soletes con solera 2024 en este enlace