El Tribut, en el nuevo Balcón Gastronómico del Port Olímpic de Barcelona, es un restaurante que combina la sofisticación contemporánea con la rica tradición local de la ciudad, lo que se ve en su cuidado proyecto de interiorismo de aires modernistas, liderado por el Estudio Bonjoch y con la colaboración de Lamp en la iluminación.

El nombre de El Tribut, con una superficie de 737 metros cuadrados y auspiciado por varios socios, es un singular homenaje a Gaudí , aunque ni su nombre ni su obra se mencionan explícitamente en el local. Es su espectacular diseño el que recrea columnas, formas y evocaciones que recuerdan a la obra del artista.

Profesionalhoreca, barra del restaurante El Tribut
Formas orgánicas de aire modernista en El Tribut
Fotos Mireia Izquierdo – Mia Moments

En el proyecto del restaurante barcelonés, abierto en septiembre, se ha querido combinar la modernidad con el respeto a las técnicas tradicionales de la arquitectura y el diseño. Arquitectos y diseñadores han optado por técnicas artesanales que en muchos casos se encuentran en desuso, apostando por lo natural y orgánico en su arquitectura e interiorismo, la conexión con el territorio catalán y el Mediterráneo.

Este enfoque, que incluye el trabajo de artesanos y la integración de materiales locales, da forma a un espacio que refleja la identidad cultural de la ciudad condal «sin caer en los tópicos de estilo·.

Ignasi Bonjoch, diseñador del proyecto, explica que “el reto no era sólo diseñar un restaurante; se trataba de rendir un tributo a las raíces, a los oficios, y a la naturaleza, mientras se mantenía una estética contemporánea que no resultara superficial”.

Profesionalhoreca, fachada del restaurante El Tribut
La fachada del restaurante El Tribut, que es una caja de cristal en el Port Olimpic de Barcelona

Los paramentos verticales del restaurante están revestidos con mortero de cal proyectado sobre mantas de cañizo, mientras que los techos acústicos se basan en un proyectado de celulosa. Además, el uso de madera de pino radiata en las estructuras ocultas permite aligerar peso y masa en todo el volumen.

El diseñador explica que «cada uno de los materiales y demás elementos utilizados han sido cuidadosamente seleccionados para reducir la huella de carbono y teniendo en cuenta los volátiles y formaldehidos, la durabilidad y el mantenimiento, para así garantizar el mínimo impacto ambiental posible. Nuestro objetivo ha sido crear un espacio que no solo sea visualmente atractivo, sino también responsable«.

Y es aquí, dado que el proyecto ha sido diseñado teniendo en cuenta criterios medioambientales rigurosos, donde Lamp también ha jugado un papel clave al proporcionar soluciones lumínicas que complementan la apuesta por la sostenibilidad en todas las fases del proceso.

Proyecto lumínico de El Tribut

El proyecto recoge el dinamismo de la luz natural, que entra por los grandes ventanales del local abiertos al mar, en el que se integra el aporte de luz artificial. Esta iluminación combina dos tipos de iluminación: una oculta en el foseado que realza las texturas y formas del techo, a la vez que aporta la temperatura de color idónea para cada zona, junto con una iluminación focalizada sobre las mesas del restaurante a través de las luminarias Kombic 70 de Lamp, que crean una atmósfera de intimidad.

En particular, para este proyecto se ha ejecutado una versión personalizada del acabado de estas luminarias con el objetivo de lograr una mimetización con el acabado de celulosa proyectado del techo, así como trabajos de agrupación y control específicos.

La regulación de la intensidad de la luz permite adaptar la atmósfera del restaurante según el momento del día, desde la luminosidad de la tarde hasta la calidez de la noche. La combinación de luz técnica y decorativa, junto a la capacidad de crear diferentes escenas según el momento del día, ha sido clave para conseguir el ambiente ideal en cada zona del restaurante: cocina, barra y comedor.

ProfesionalHoreca, sala del restaurante El Tribut
Restaurante El Tribut en Barcelona. Fotos Mireia Izquierdo – Mia Moments©.

«La regulación lumínica ha sido la clave”, explica Ignasi Bonjoch. «Disponer de tanta luz natural de día y pasar a negro noche te obliga a disponer de unas escenas programadas para cada situación. Aunque no lo parezca, conviven temperaturas de 3.000º, 2.700º y 2.400º, al margen de las regulaciones. Dentro de la zona de cocina disponemos de paneles 4000º, pero a medida que nos acercamos a las puertas que dan acceso a la sala, cambiamos a 3000º, para que, en el momento de abrir y cerrar las puertas, los clientes no perciban un salto de color”.

Por otro lado, la incorporación de jardineras, dentro de las cuales se han dispuesto proyectores ocultos que pintan con luz contrapicada las bóvedas que recorren el local, y la iluminación decorativa suspendida contribuye a la privacidad de los comedores, mientras que la iluminación focalizada sobre las mesas garantiza una experiencia culinaria memorable.

«El concepto de iluminación se centra en la combinación de luz técnica y decorativa, creando un ambiente envolvente que resalta los materiales, texturas y diferentes espacios del restaurante”, señala el responsable del Estudio Bonjoch.

El mayor desafío del proyecto lumínico ha sido el propio local: una caja de vidrio de 30 m de largo por 20 m de fondo y 4 m de altura. «Un contenedor de vidrio que de día resulta asombroso por sus vistas al mar, pero en el que, bajo la oscuridad de la noche, los vidrios se convierten desde dentro en espejos por la diferencia de luz interior y exterior. Poder controlar los reflejos de los vidrios obligó a pensar meticulosamente la posición de cada luminaria, una a una», explican los responsables del proyecto. Y en ello la intervención de Lamp fue esencial.

Profesionalhoreca, sala del restaurante El Tribut

Una experiencia gastronímica envolvente y con vistas

La disposición del espacio de El Tribut responde a la creación de una experiencia gastronómica envolvente. Con zonas privadas y más informales, la distribución de las mesas y la circulación dentro del local se ha optimizado para facilitar el servicio y para garantizar las mejores vistas a los comensales.

“El promotor preguntaba constantemente por las visuales hacia el mar; no quería que hubiera ninguna zona ciega», explica el diseñador. «Por eso hay en el restaurante una zona elevada, a modo de plataforma, y la altura de la barandilla y pasamanos, estando dentro de la norma, debía permitir que todos los comensales tuvieran las mejores vistas al mar«.

Al tratarse de un local de grandes dimensiones, fue primordial el estudio de los flujos de trabajo, tanto en cocina como en sala. “Minimizar el tiempo de espera de los comensales es todo un reto en un restaurante con una extensa carta”, explica el interiorista.

«La circulación dentro del local está muy estudiada a nivel de operativa; la plataforma superior, donde la disposición de las mesas forman siete círculos o “donuts”, tiene tres accesos, uno a cada extremo y uno central. La cota cero está distribuida de forma lineal, con bancada a un lado y mesas movibles modulables en la cara de la fachada de vidrio; algo que, por cierto, obligó a definir muy bien la iluminación técnica zenital”.

El concepto gastronómico, a cargo de Manageat

De la gestión integral de la apertura de este nuevo restaurante se ha encargado la firma Manageat, que ha diseñar un concepto gastronómico acorde con la idea concreta expresada por el cliente; ha creado una propuesta gastronómica completa, y ha preparado el departamento de F&B desde todas sus áreas para un desarrollo de las operaciones productivo y eficiente. También ha optimizado la distribución de los espacios.

Con un aforo de 200 comensales, la cocina de El Tribut reivindica el recetario catalán y marinero tradicional con un toque innovador en sus diferentes espacios de gastrobar, comedor y terraza.