¿Qué está marcando el rumbo del sistema alimentario? ¿Cómo anticiparse a lo que viene? Un estudio de Azti hace un análisis de la alimentación que viene en ocho tendencias clave, desde la resiliencia climática hasta la nutrición personalizada.

El estudio EATendencias 2025-2027 que presentí Azti, Centro de Investigación Marina y Alimentaria, en el marco de la feria Expo FoodTechFood4Future, es un análisis riguroso de las principales transformaciones que van a marcar el rumbo del sector alimentario en los próximos años.

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Basado en la ciencia, tecnología y comportamiento del consumidor, supone es una hoja de ruta interesante para las compañías alimentarias que deseen innovar y para que los profesionales de la hostelería y foodservice puedan ir adaptándose a las nuevas demandas de los consumidores:

  • El océano y el suelo están experimentando cambios de gran envergadura con el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. Los sistemas alimentarios deben poder adaptarse y recuperarse de los impactos del cambio climático y contribuir a mitigar sus efectos. Ya se avanza en cultivos resistentes a condicionex extremas, la exploración de las algas, cultivos regenerativos, nuevas biosoluciones para la gricultura…
  • Se buscan alternativas sostenibles y saludables: la creciente conciencia social sobre el desperdicio alimentario despierta el interés hacia productos con mayor vida útil o alternativas que eviten problemas éticos y medioambientales y ofrezcan mejores prestaciones nutricionales. Hay una creciente demanda de productos mejores «para mí y para el planeta».
  • Sigue aumentando la demanda de proteínas, a medida que los consumidores las relacionan con diversos beneficios para la salud, aunque la gran diversificación de la oferta les genera cierto desconcierto, señala el informe de Azti. Continúa el interés por las dietas «plant-based» o basadas en plantas, y ganan popularidad las proteínas alternativas, que buscan ser más competitivas en sabor, textura y precio.
  • Los ‘blue foods‘ (alimentos procedentes de los océanos) se perfilan como una de las grandes promesas alimentarias saludables y sostenibles, con gran potencial por explorar. El sector apuesta por concentrados de proteínas de pescado, la valoración de subproductos pesqueros, las algas, la acuicultura y nuevas propuestas de procesado y formatos para los blue foods.
  • Creciente inseguridad alimentaria: el sector se enfrenta al enorme reto de favorecer una alimentación digna, saludable y segura en el incierto entorno económico actual, con tensiones geopolíticas, impactos climáticos y la imparable escalada e inestabilidad de los precios. Ante un consumidor cauto que demanda productos saludables y de calidad a precios más accesibles, el sector alimentario trata de diversificar su oferta
  • Desconfianza ante la cadena alimentaria: en un mundo cada vez más digitalizado, los consumidores necesitan pruebas que les ayuden a superar la desconfianza existente hacia la cadena alimentaria. La transparencia y la seguridad son claves para construir esa confianza; los consumidores esperan pruebas tangibles sobre la sostenibilidad o los beneficios funcionales o para la salud d los productos, y para ello la industria alimentaria recurre a la tecnología y sistemas de trazabilidad adaptados.
  • La importancia de la alimentación y la salud: la adopción de estilos de vida más saludables, con la nutrición como eje principal y con especial foco en el eje intestino-cerebro va en aumento. También crece la demanda de funcionalidad personalizada y la sensibilidad hacia los ultraprocesados.
    El sector responde con productos más simples, mínimamente procesados y más naturales; soluciones que combinan salud, calidad sensorial y conveniencia.
  • La nutrición personalizada: está llamada a ser el futuro de la industria de la salud y la nutrición, pero es todavía más una expectativa que una realidad, con dudas sobre los datos personales, el coste o la evidencia científica.

“Estas tendencias no son un fin en sí mismas, sino un medio para innovar con sentido, con impacto. En Azti ayudamos a las empresas a anticiparse al cambio, integrar conocimiento de mercado en sus procesos de innovación y mantenerse relevantes en un contexto cada vez más dinámico”, explica Sonia Riesco, investigadora del área de innovación de la entidad.