La temporada estival hostelera se ha caracterizado por el aumento del número de turistas pero con una reducción del gasto, especialmente en restauración. La contención del gasto se ha notado especialmente entre los clientes habituales y el turismo nacional, revela un estudio de la patronal Hostelería de España.
La temporada de verano en general se ha mantenido estable respecto al año anterior, con un número de visitas igual o superior al de 2024 aunque con un gasto medio inferior. Así lo refleja la encuesta realizada a los empresarios del sector pos Hostelería de España: el 49% considera que la temporada de verano ha sido ‘mejor o similar’ a la del año pasado, mientras que un 51% percibe un balance peor. Además, un 47,3% señala una disminución en el número de visitantes, subiendo el porcentaje de los hosteleros que ha observado una caída del gasto (57,7%).

En general, agosto ha sido mejor mes que julio, con un 48,2% de los hosteleros destacando una mayor afluencia de visitantes. No obstante, en ambos meses se ha observado una moderación en el gasto.
Menos turistas nacionales
Por origen de los clientes, un 48,9% ha apreciado un descenso del turista nacional, y un porcentaje similar respecto a los turistas extranjeros. Sin embargo, los que opinan que las visitas de turistas internacionales han aumentado suponen mayor proporción (22%), frente al 19,8% del turismo nacional.
La temporada de verano comenzó con un incremento del 2,8% en la facturación de bares y restaurantes en junio respecto al año anterior, aunque en términos de rentabilidad ha supuesto una caída de un 1,2%, según datos del INE. La evolución media en los meses de julio y agosto para la mitad de los encuestados fue hasta un 10% inferior a la de 2024 mientras que un 11% la considera igual. En el lado contrario, un 31% constata un incremento de hasta un 10%.
Menos gasto del turista nacional
La contención del gasto se ha notado especialmente entre los clientes habituales y el turismo nacional. En contraste, el gasto de los turistas extranjeros ha aumentado, especialmente en el alojamiento, donde en el mes de julio realizó un gasto un 8,6% superior, mientras que en manutención la subida fue de un 3,6% respecto a la del mismo mes del año anterior.
La evolución ha sido similar en las distintas zonas geográficas. Las actividades de alojamiento han mostrado un comportamiento más sólido y dinámico que las de restauración, especialmente en destinos turísticos consolidados. Este mejor desempeño se ha reflejado en mayores niveles de ocupación y una recuperación más estable de la demanda internacional.
Igualmente, aunque el número de visitas se ha mantenido o incluso ha crecido ligeramente, se ha observado una reducción significativa en el gasto medio por cliente. El ticket medio ha descendido, lo que indica una mayor prudencia en el consumo por parte del turista nacional.
Respecto al tipo de establecimientos, esta tendencia ha afectado especialmente a los negocios de restauración, que dependen en gran medida del gasto espontáneo y diario. No obstante, en todos ellos se muestra un menor gasto.
Con relación al empleo, aunque ha bajado el ritmo de crecimiento respecto a meses anteriores, algo habitual en los meses estivales dado que la temporada alta comienza con la Semana Santa, en julio y agosto se ha superado la cifra récord de 2 millones de trabajadores en el sector.
Perspectivas a la baja para el ultimo trimestre
Las perspectivas para el último trimestre del año apuntan a una tendencia a la baja, influida por la contención del gasto observada durante el verano, y por una moderación en el ritmo de crecimiento. Para el cierre del año se espera una estabilización, con un crecimiento más moderado que en 2024, en torno al 3% y 4%, aunque en términos de rentabilidad podría ser inferior.
Según la encuesta, un 32% de los hosteleros prevé una facturación similar a la de 2024, mientras que un 53% estima que será inferior. Por el contrario, un 16% confía en que la facturación mejorará.
La situación, desde Hostelería de España
La patronal hostelera analiza, por su parte las causas, del menor gasto, destacando que el incremento de costes y precios reduce el poder adquisitivo de la población, retrayendo su consumo. La rentabilidad de los establecimientos está mermada, además, por el incremento de costes de las materias primas.
La incertidumbre general está reduciendo la propensión al consumo de las familias y eleva a máximos los niveles de ahorro en nuestro país. Igualmente «la fiscalidad, el incremento de las cotizaciones de seguridad social y no deflactar el IRPF merman capacidad de compra de las familias», señalan desde Hostelería de España.
Otra causa es la salida de españoles al extranjero, que ha sido muy importante este verano y ha restado ocasiones de consumo en restauración en el tramo de vacaciones que disfrutan en España. Por su parte, el ritmo de crecimiento del turismo internacional se ralentiza, con crecimientos inferiores al año pasado.
Igualmente, el crecimiento en la utilización de la vivienda de uso turístico reduce ciertas ocasiones de consumo en restauración.
La desestacionalización, el incremento de la actividad turística en otras épocas del año, resta tambiñén en cierto modo días de vacaciones al verano, y las olas de calor no ayudan al consumo en las terrazas.