Un año más, el premio Cocinero Revelación que otorga Madrid Fusión sirve para poner de relieve la labor de jóvenes profesionales de la cocina que están destacando por su destreza y pasión por el oficio. Independientemente de quién gane en esta edición, esta selección de candidatos es ya una valiosa guía en sí misma.

El equipo de Madrid Fusión ha vuelto a recorrer el país en busca del nuevo talento en la cocina española, y en esta ocasión ha seleccionado a 17 promesas de la cocina española como finalistas premio Cocinero Revelación, que se entregará durante el congreso el próximo 28 de enero.

En esta edición de 2026, jóvenes promesas de Alicante, Asturias, Barcelona, Formentera, Guipúzcoa, Menorca, Murcia, Orense y Valencia optan este premio. Ojo a dato: muchos ofician en lugares recónditos, fuera de las grandes urbes, y en pequeños restaurantes. Estos son los candidatos:

Profesional Horeca, candidatos Cocinero Revelación Madrid Fusión 2026
  • Javier Ochoa y Garikoitz Arruabarrena, de Masta Taberna (Zarautz, Guipúzcoa). Fieles a su lema ‘solo guisar’ están al frente de una casa de comidas tradicional en la que sirven recetas suculentas con alma de alta cocina, basada en sofritos, fondos reducidos y elaboraciones lentas. En la carta, que cambia a diario, solo ocho especialidades saladas y dos postres, todo servido raciones generosas. 
  • Kiko Rocher y Loli Sambal, de Terra (Cullera, Valencia). Cocinero y pastelera, respectivamente, ofrecen cocina tradicional «diferente», con platos populares modernizados que destacan por la calidad extrema de los productos y puntos de cocción precisos. «Nos inspiran los sabores del entorno, la memoria y el estilo de la cocina de mi padre, propietario del restaurante Casa Rocher, un histórico de las paellas en la albufera valenciana», explica Kiko.
  • Mauro Rivas y Armando Vidal, de Sol Post (Formentera). Cocinan en un restaurante para 12/14 comensales en los bajos del hotel Sol Post, con un único menú de cocina moderna, mediterránea y de temporada, que rescata productos y tradiciones locales. «Todo con tanto oficio como sentido estético», valora el jurado. El toque dulce lo aporta (muy bien) Clara Campoamor, jefa de pastelería.
  • Alejandro Ibáñez, de Bodega Barahonda (Yecla, Murcia). Trabaja en un comedor con vistas panorámicas sobre los viñedos de la bodega, y se inspira en las huertas y en las sierras del altiplano murciano para componer platos mediterráneos que muestran su sensibilidad y su amplia formación. Su cocina es «moderna, imaginativa, repleta de detalles técnicos, donde la cocina y el vino juegan en condiciones parecidas».
  • Iñaki Gómez y Lola Palacio, de Alenda (Villaviciosa, Asturias). En la sala, Lola atiende con mimo a sólo 12 comensales mientras Iñaki compone platos de cercanía, en los que se atisba el paisaje, el mar y las montañas que los rodean, y sorprende con armonías inéditas y propuestas creativas. «Una fotografía gastronómica de Asturias con una peculiar interpretación de los productos», valora el jurado; muchos proceden de su propia huerta, que les proporciona tesoros de temporada.
  • Borja Piñeiro y Elia Pereira, del restaurante Lado (Muiños, Orense). Dejaron su restaurante Lado en la ciudad de Lugo para asentarse en el alojamiento rural Casa as Fontes en Muiños, remota aldea de Ourense. Con el apoyo de su familia trabajan en un comedor con cuatro mesas para 12 comensales donde sirven un único menú. «Cocina moderna, repleta de reflexión y entusiasmo, que mira a las tradiciones gallegas desde una perspectiva contemporánea».
  • Rubén Suarez y Aarón Berenguer, de Orma (Alicante). En un espacio minimalista de pocas mesas elaboran platos muy atractivos con sabores del litoral y de la Vega Baja de Alicante. Sus dos menús degustación muestran su sentido del aprovechamiento y su capacidad para convertir lo popular en moderno. «Cocinan con una desenvoltura portentosa«, alaba el jurado.
  • José María Borrás, de Aquiara en Morvedra Nou (Menorca): «Es un magnífico cocinero, inquieto, atrevido y con un notable bagaje técnico», señalan los jueces. «Si algo define su cocina es su profunda identificación con los sabores de Menorca». Trabaja mano a mano con su jefe de cocina, Jonás García, y la ayuda de los pequeños productores que rodean el agroturismo Morvedra Nou para elaborar platos con un notable sentido estético, en su mayoría surgidos del litoral y del campo menorquín en el que se encuentra.
  • Marc Pérez y Tània Doblas, de La Sosenga (Barcelona). En su minúsculo restaurante en el barrio Gótico de Barcelona se las ingenian para ofrecer un menú del día de nueve pases, incluidos entrantes y postres, por un precio de 35 euros. Recetas que rescatan sofritos y de guisos, con recuerdos de familia y hábitos de aprovechamiento. y también con técnicas modernas que transforman ingredientes modestas en soluciones propias de un genuino bistró urbano.