Cuando pensamos en recorrer el Mediterráneo imaginamos cielos despejados, aguas tranquilas y paisajes que parecen sacados de una postal. Pero más allá de los destinos, hay algo esencial que muchas veces se pasa por alto: cómo moverse entre ellos de forma cómoda y práctica. Y ahí es donde viajar en ferry se convierte en una opción que vale la pena considerar.

Especialmente si se trata de trayectos entre la península ibérica y las Islas Baleares, el ferry no solo permite disfrutar del trayecto en sí, sino que también brinda una experiencia más relajada, sin prisas ni complicaciones de aeropuertos.

Profesionalhoreca, ferry de Trasmed, viajar en ferry

¿Por qué viajar en ferry en lugar del avión?

La decisión de cruzar el mar en ferry en lugar de volar puede parecer poco común para quienes no están familiarizados con esta opción. Sin embargo, el ferry ofrece algo que los aviones no pueden: espacio, libertad de movimiento y la posibilidad de llevar más equipaje, o incluso tu propio coche.

Además, hay algo especial en contemplar la costa desde la cubierta mientras el sol se pone sobre el mar. Es una forma de hacer que el trayecto también forme parte del viaje, no solo el medio para llegar a un lugar.

Viajar en ferry: una experiencia más pausada

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Viajar en ferry por el Mediterráneo puede sonar a película romántica, y en parte lo es. Pero también es práctico. Para quienes planean explorar más de una isla, o quieren llevar su propio vehículo, el ferry es casi una necesidad.

Durante el trayecto se puede caminar, comer tranquilamente en uno de los restaurantes a bordo, leer un libro al aire libre o simplemente relajarse viendo el horizonte. Todo sin estar apretado en un asiento ni pendiente de las restricciones típicas de los vuelos.

Además, si se viaja en familia, con niños o personas mayores, la comodidad de moverse con libertad y disponer de espacios amplios puede marcar la diferencia.

Trasmed: lo que hay que saber

En medio de esta red de rutas marítimas, Trasmed se ha consolidado como una de las compañías más conocidas que operan en el Mediterráneo. Conecta la península con destinos como Mallorca, Menorca e Ibiza, y suele ser una opción elegida tanto por turistas como por residentes.

Aunque no suele estar en el centro de los anuncios o campañas turísticas, Trasmed ofrece una alternativa de confianza para quienes buscan un viaje estable y sin sobresaltos. Es una forma de llegar a las islas que respeta el ritmo de quien quiere viajar sin correr.

Antes de embarcar, conviene revisar los horarios y condiciones con antelación. Algunas rutas pueden variar según la temporada, y en verano la demanda suele aumentar. También es importante considerar si se desea viajar con vehículo, ya que eso requiere reservar con algo más de anticipación.

Consejos prácticos para una mejor experiencia

Para que el viaje sea lo más cómodo posible, hay algunos detalles que conviene tener en cuenta:

  • Llegar con tiempo: Aunque no hay controles como en los aeropuertos, el embarque puede llevar su tiempo, sobre todo si viajas con coche.
  • Llevar algo de abrigo: Incluso en verano, el aire acondicionado dentro del ferry o el viento en la cubierta pueden hacer que baje la temperatura.
  • Aprovechar las zonas comunes: Muchos ferris tienen salones, cafeterías y espacios para estirarse: no hay que quedarseen un solo lugar.
  • Reservar con antelación en temporada alta: Especialmente si se viaja en julio o agosto, los billetes pueden agotarse con rapidez.

Más allá del transporte: un viaje que comienza en el mar

Hay quienes ven el ferry solo como una forma de llegar al destino, pero hay otros que saben que el trayecto, en sí mismo, tiene su encanto. Observar cómo se aleja la costa, sentir el vaivén suave del barco y compartir el espacio con otros viajeros crea una atmósfera distinta… Es como si el mar preparara el ánimo para lo que está por venir.

Y es que viajar por el Mediterráneo no se trata solo de llegar a una isla. Es también sobre cómo se llega. Tomarse el tiempo para desplazarte a un ritmo distinto puede cambiar por completo la forma en que vives el destino.

Al pensar en la próxima escapada, tal vez sea el momento de considerar dejar el cielo por un rato y recorrer el mar como se hacía antes, sin prisa, con los pies en la cubierta y la mente abierta a la experiencia.