Este emblemático y castizo bar de tapas madrileño sigue conquistando a su clientela desde hace más de 60 años con una amplia oferta de pinchos y tapas, y para ello sólo tiene en su pequeña cocina dos equipos Rational: un horno iCombi Pro XS y una iVario Pro 2-XS. No necesita más.

En pleno corazón de Madrid desde 1962, el bar Jurucha (Ayala, 19) es todo un referente de la cocina tradicional española en la capital, con una clientela fiel que ama el producto de mercado hecho al momento.

Año tras año ha ido aumentando su oferta de pinchos y tapas, siempre desde la tradición y la calidad; lo único que ha variado es la forma en que ahora se preparan: la incorporación de la tecnología de Rational en su pequeña cocina ha marcado un antes y un después.

En un espacio muy reducido, y con un equipo de cocina formado por mujeres de edad avanzada, la incorporación de un iCombi Pro XS y una iVario Pro 2-XS ha agilizado y optimizado los procesos y les ha permitido reducir el esfuerzo físico sin perder ni un ápice de la esencia de la cocina casera.

Profesional Horeca, cocina del bar Jurucha con equipos Rational

De este modo, y apostando por la tecnología, con dos únicos equipos, el bar Jurucha ha logrado mantener su identidad mientras se adapta a los nuevos tiempos. Lo que antes requería horas de preparación y esfuerzo manual, hoy se realiza con una combinación perfecta de tradición y automatización. El resultado: pinchos y tapas con el sabor de siempre, pero con una ejecución moderna que garantiza la calidad constante y un servicio ágil.

Podría parecer difícil para un bar ‘de toda la vida’ como Jurucha dar el salto hacia la tecnología y dejar atrás los métodos de cocina más convencionales. El ha sido posible gracias al acompañamiento de Rational, desde la formación inicial impartida por sus chefs hasta el soporte continuo durante todo el proceso de adaptación. De esta forma, Jurucha no ha perdido su esencia.

«Contamos con el apoyo de un chef de Rational, que nos enseñó cómo funcionaban los equipos y cómo programarlos. El servicio post-venta ha funcionado perfectamente, cada vez que les llamamos acuden a nosotras», explica Inmaculada Lanza, gerente y propietaria del bar.Tenemos más beneficios que dificultades, nos hemos adaptado muy bien a pesar de nuestra edad. Nunca volveríamos atrás ni a la cocina de antes».

Todo un ejemplo de cómo incluso los bares más tradicionales pueden evolucionar sin renunciar a lo que los hace únicos.