Nos visitan millones de turistas, cada vez más, pero no se gastan más dinero y provienen de los mismos países. ¿Cómo atraer a nuevos turistas con mayor poder adquisitivo? La formación juega un papel clave en este proceso, nos explica Alejandro Uribe, director de Marketing de la consultora Necesitas Formación, en este artículo.

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Alejandro Uribe

Con nueve millones de visitas internacionales recibidas este pasado mes de agosto, el mercado turístico español no puede evitar celebrar su máximo histórico con una sensación agridulce. Y es que, según las cifras difundidas por el Instituto de Estudios Turísticos, a pesar del significativo aumento en el volumen de llegadas, los mercados emisores mayoritarios continúan siendo los mismos, así como el gasto medio por viaje, que se sitúa en 102 euros al día. Indicadores, por tanto, a simple vista positivos, pero que redundan en la necesidad de anteponer la calidad a la cantidad para evitar morir de éxito.

El indudable atractivo que tienen nuestras costas en países como Reino Unido, Alemania y Francia ha logrado que nos instalemos en una zona de confort que dura ya demasiado tiempo

El indudable atractivo que tienen nuestras costas en países como Reino Unido, Alemania y Francia ha logrado que nos instalemos en una zona de confort que dura ya demasiado tiempo, y que deriva en una visión muy sesgada del potencial turístico español. Más allá del reclamo de sol y playa, nuestro país ofrece una inmensa riqueza histórica y cultural que parece desvanecerse ante la masiva demanda de diversión fácil y barata, la misma que ensombrece nuestra prensa cada verano.
A pesar de nuestra idiosincrasia, es necesario cambiar un modelo que, a todas luces, se muestra insuficiente para atraer a un tipo de turismo emergente y de mayor calidad, que posee otro rango de intereses. Basta con seguir el modelo iniciado por la alta gastronomía, que en unos años ha logrado posicionarse como una de las más representativas del mundo.
Así, nuestro objetivo a corto plazo debe radicar en el perfeccionamiento de nuestros valores más atractivos para la conquista de los nuevos turistas procedentes de China, Rusia o India. Porque son poblaciones con grandes masas de población, cuya renta media crece cada año, y cuyo viajero posee una agudizada sensibilidad por el valor añadido y lo experiencial.
Se trata de confeccionar una oferta de mayor calidad que combine el esfuerzo de la administración local por cuidar el patrimonio, con el de los empresarios hosteleros, que deben adaptar sus servicios a este nuevo tipo de turista que asegura un gasto personal por día mucho más elevado.

Debemos perfeccionar nuestros valores más atractivos para la conquista de los nuevos turistas procedentes de China, Rusia o India. Y para poder hacerlo, las compañías deben fomentar una formación más cualitativa de su personal, a base de especializaciones que satisfagan las necesidades de los nuevos clientes

Para poder hacerlo, las compañías deben fomentar una formación más cualitativa de su personal, enriqueciendo sus conocimientos básicos a base de especializaciones que satisfagan  las necesidades de los nuevos clientes. Si fundamental es una mayor desenvoltura para la atención al cliente, para lo que es básico el adiestramiento en cultura general, idiomas o protocolo, es del todo imperativo que a todo trabajador se le exija una profesionalidad certificada en el oficio que desempeñan. Generalizar este planteamiento contribuiría a eliminar en gran medida el intrusismo que perjudica tanto al sector, y a la retención y optimización del talento, que es mucho y muy bueno.
El camino no es tan largo ni tan arduo como parece. Desde las instituciones españolas y europeas se han puesto en marcha programas eficaces para este nuevo escenario. Planes como el sistema de garantía juvenil a través de los contratos de aprendizaje o la Agenda Europea de nuevas cualificaciones y empleos, incidirán en un elevado incremento de las subvenciones y bonificaciones que ayudarán tanto a pymes como a grandes corporaciones a ponerse manos a la obra. Porque, inicialmente valorados en términos de rentabilidad y ahorro en la cuenta de resultados son, en definitiva, la solución perfecta para el reciclaje de empleados sin formación específica, necesaria para crear esa fuerza de trabajo, formada y competitiva, que exige la nueva clase de turistas que buscamos.