No busquen en Margot House botones con librea, lámparas de araña en en el lobby y mullidas alfombras. Tampoco busquen su nombre o placa en la fachada: no la hallarán. Margot House no es un hotel al uso. Sus propietarios han querido huir de los convencionalismos de los grandes hoteles, «impersonales y con poca privacidad». Por ello este hotel boutique secreto está ubicado en un piso principal y pasa desapercibido: la discreción y la privacidad son máximas de la casa.
Tal vez no haya mejor manera de definirlo, «casa» antes que hotel. Su emplazamiento ya es un lujo en sí mismo: está ubicado frente a las emblemáticas Casa Batlló y Casa Atmetller de Barcelona, en pleno Paseo de Gracia (nº 46).
Su nombre, «Margot House» se inspira en el personaje que la actriz Gwyneth Paltrow interpreta como Margot Tenenbaum en la película The Royal Tenenbaums. Margot es una mujer profunda y gran personalidad, que desprende un aura especial.
Y así quieren que sea este alojamiento sus propietarios, Sergio y Sandra Durany, decididos a ofrecer a un reducido número de viajeros una alternativa distinta a los clásicos hoteles urbanos, con su toque personal. Tenían muy claro lo que querían. Sergio aporta una larga trayectoria profesional en el sector decoración y lifestyle, y su hija Sandra, viajera incansable, propietaria de las tiendas de moda y complementos BE y decoradora de formación, ha puesto su sello en el interiorismo del hotel.
Para ello se ha inspirado en una mezcla de alojamientos de distintos rincones del planeta a fin de conseguir un hotel diferente, fuera de los cánones establecidos y que nace para ofrecer a sus huéspedes privacidad, confort y exclusividad.
La distinción está presente en cada uno de los detalles y en la distribución del espacio. Las nueve habitaciones de Margot House están decoradas de manera muy sobria y funcional, con materiales nobles como madera de roble en tonos claros, microcemento, y lámparas y elementos de conocidos diseñadores como Miquel Milà, así como otros diseñadores japoneses.
El ambiente relajado, envolvente y casi doméstico de Margot House se ha conseguido gracias a su reducido número de plazas (cuenta con una capacidad máxima de 18 huéspedes), así como a la utilización de colores neutros en la decoración y a la selección de música ambiente del espacio común y la cocina, abierta 24 horas para los huéspedes.
Tras el look luminoso, nórdico y de líneas limpias y puras, con ausencia de elementos superfluos, se oculta un lujo que está en los detalles, pensados para ofrecer la máxima experiencia de confort: sábanas de algodón egipcio de Bassols, mantas de cashmire 100%, toallas de algodón puro procedentes de chamanes turcos… Por no mencionar las llaves de acceso a cada habitación, los carteles do «not disturb» o la imprescindible guía de los lugares recomendados por sus propietarios, fuera del circuito habitual.
Como no podía ser menos, Margot House es un hotel «ecofriendly«, lo se percibe en todos sus rincones, desde el envasado de agua en sus propias botellas, hasta la utilización de tejidos puros y producidos localmente para la ropa de cama y baño.
Atención también a los diferentes servicios que la casa ofrece de forma gratuita, como lavandería; servicio de cafés, tés y pastas las 24h; disponibilidad de un ordenador Mac en la zona común, o una selección de libros y revistas internacionales en la biblioteca, además del wifi. La atención inmediata al huésped se mantiene las 24 horas.
El hotel cuenta también con una colección de películas en formato DVD para disfrutar en las habitaciones, todas ellas dotadas de un excelente reproductor de DVD y Blueray con altavoces BowerWilkins.
También están incluidos en el precio de la habitación los desayunos, especialmente cuidados, con tartas caseras, bollería selecta, zumos naturales, distintos tipos de panes, huevos revueltos o benedict y otras propuestas preparadas con mimo en la cocina abierta. Los platos han sido diseñados por el chef Jaime Santianes, y los ingredientes son locales. Las flores frescas, la prensa diaria y el aroma a higo que envuelve el espacio contribuyen a una experiencia perfecta.
En la singular recepción del hotel, transformada en boutique abierta, se pueden adquirir algunos de los elementos que forman parte del alojamiento: mantas, cojines, velas o llaveros personalizados y de los más de un huésped se va a encaprichar. También hay bicicletas Brompton para alquilar.
El alojamiento también ofrece a sus huéspedes, en la zona común, el Honest Bar, con una cuidada carta de vinos y destilados de los que se puede disfrutar a cualquier hora del día.
¿Le gustaría alojarse en Margot House? Las tarifas, desde 190 euros.
/p>>¿Se imagina alojarse en un hotel «escondido» en un piso, totalmente privado, con un servicio exquisito y un diseño a la última? Es lo último en tendencias hoteleras, y un perfecto exponente acaba de abrirse en Barcelona: Margot House. Después de los restaurantes clandestinos, ahora llegan los hoteles secretos…
