En plena era de las experiencias gastronómicas, el chef Kiko Moya coordina la original propuesta del nuevo restaurante Sinestesia, que combina tecnología y alta cocina para ofrecer al comensal una inmersión multisensorial única.

El chef Kiko Moya, galardonado con 2 estrellas Michelin y 3 soles Repsol por su labor en L’Escaleta, se embarca en una nueva aventura culinaria como asesor y coordinador del nuevo restaurante Sinestesia.

Esta experiencia gastronómica inmersiva, que abre sus puertas el 23 de noviembre en Madrid, ofrece una fusión entre tecnología y alta cocina, invitando a los comensales a explorar un viaje multisensorial y responder a una pregunta: ¿a qué saben los colores?

En un único espacio en el centro comercial Caleido, cercano a las Cuatro Torres, Sinestesia es el lugar donde 16 comensales podrán disfrutar de una experiencia que se extiende a lo largo de dos horas y media.

Aquí, la sorpresa, la diversión y el dinamismo convergen gracias a una serie de estímulos audiovisuales que se proyectan en el espaciode forma sincronizada con la presentación de un menú extraordinario. Las narraciones, guiadas por locuciones, entrelazan imágenes, sonidos, mensajes, sabores y texturas, creando una vivencia «única en el mundo», asegura sus creadores.

Asesorado y coordinado por el chef Kiko Moya, el equipo de Sinestesia plantea un menú que tiene el reto de traducir al lenguaje gastronómico la rica variedad de sensaciones que cada color es capaz de provocar en el comensal. P

Para conseguirlo, se colaborará con otros chefs de prestigio en platos específicos que estos firmarán. En definitiva, una propuesta gastronómica irrepetible que solo se podrá disfrutar en Sinestesia.

En este viaje en busca del sabor de los colores el menú, con un precio único de 250 euros que incluye maridaje, se compone de 7 etapas. Cada etapa se inicia con una reflexión acerca del papel que cada color juega en nuestro mundo y su capacidad para influir en nuestras percepciones y emociones.

Esta propuesta se dirige a comensales que buscan algo más que una simple experiencia culinaria: un momento único y sensorial que complementa y amplía lo que los chefs son capaces de ofrecer en sus platos.

Los estímulos audiovisuales, cuidadosamente sincronizados con texturas y sabores, prometen transportar a los visitantes a lugares inalcanzables en un restaurante tradicional, ofreciendo un viaje excepcional en el mundo de los sabores y los colores.