Con la crisis del Covid muchas empresas están viviendo artificialmente debido a moratorias, Ertes, Líneas ICO…, pero en realidad están en quiebra técnica, y a partir de marzo se espera una avalancha de concursos de acreedores liquidativos, explican desde la consultora Dipcom Corporate.

Profesionalhoreca, hucha con monedas

España está inmersa en la mayor crisis económica de los últimos 80 años. El Consejo General de Economistas de España resalta que los indicadores internacionales prevén que el índice de insolvencia para 2021 sea del 35%, y España, con un incremento en torno al 40%, será uno de los países con un porcentaje más alto.

Pese a que los concursos de acreedores cayeron un 2% en 2020 frente a los registrados en 2019, este dato tiene truco, explica Igor Ochoa, CEO de Dipcom Corporate. “Y es que, en uno de los últimos decretos de medidas económicas aprobados por el Gobierno, se extendía hasta el 14 marzo de 2021 la suspensión del deber de pedir el concurso de acreedores. Esto quiere decir que el Ejecutivo ha ampliado la moratoria ya existente para que las empresas insolventes se declararan en concurso de acreedores”. Y señala que “muchas empresas están en quiebra técnica, por lo que se espera una avalancha de concurso de acreedores para este ejercicio”.

Uno de los principales escollos al que las compañías se enfrentarán en marzo será a que la mayoría de estos concursos serán liquidativos. “La moratoria se ha convertido en una manzana envenenada. Las empresas llevan meses arrastrando problemas sin poder acometer soluciones para estos, lo que hará que lleguen exhaustas a marzo y con escasos recursos, y no tendrán más remedio que cerrar. Además, hoy en día hay muchas compañías que están viviendo artificialmente gracias a los ‘respiradores’ como los Ertes, los ICO…”, señala Igor Ochoa.

Lo mejor: abordar la crisis

¿Cuáles son, en este contexto, las posibles soluciones? Según Dipcom, abordar la crisis sin complejos. Será necesario que las empresas sufran una redimensión ajustada a las ventas en todas las áreas: recursos humanos, costes, tamaño de la deuda… Y advierten no obstante que, mientras los costes o el tamaño de la plantilla es algo que la propia compañía puede hacer con sus propios medios, la reestructuración de la deuda, con quitas y esperas, solo será posible si ésta se acoge a la ley concursal.

En el caso de producirse una nueva moratoria, Igor Ochoa afirma que esta no cambiaría la viabilidad o inviabilidad de la empresa. “Solo serviría para retrasar la responsabilidad legal de los administradores de presentar el concurso de acreedores. Si volvemos a ampliar la moratoria, solo evitaríamos el colapso de los juzgados y una avalancha de concursos, una situación que será inevitable cuando finalice la moratoria”, mantiene este experto.

Otro mal año para la hostelería y el comercio

En 2020 75.000 negocios de hostelería han cerrado definitivamente sus puertas y se espera que este año cesen su actividad entre 25.000 y 50.000 empresas más, de acuerdo con las estimaciones de Dipcom. “Lamentablemente el sector de la hostelería y la restauración va a continuar viviendo la debacle experimentada en 2020”, afirma Igor Ochoa.

Tampoco se librará de vivir una situación difícil el sector retail. “Lo más duro será afrontar que el daño sobre este sector será permanente. A la suma del cierre de los comercios en 2020 se le añade el cambio de los hábitos del consumidor, que ahora prefiere comprar desde casa en plataformas de comercio electrónico que ir a las tiendas físicas. El Covid-19 no solo ha cerrado tiendas, sino que ha acelerado esta transición”, explica el experto de Dipcom.

¿Cómo se pueden preparar empresas o autónomos antes del 14 de marzo?

Las empresas tienen ya poco tiempo para reaccionar. Desde esta consultora especializada en la Ley concursal señalan que “lo que debería de hacer el empresario es analizar la viabilidad del negocio a medio plazo y calcular cuidadosamente cuánto durará la tesorería de la empresa. Si tiene tesorería para aguantar otro año de crisis, adelante. Pero si no es así, deberá prepararse para afrontar un concurso de acreedores”. De esta manera se protegerá la responsabilidad legal de los administradores y se abrirán nuevas oportunidades: reflotar el negocio, proteger las unidades productivas del mismo, etc.