2020 ha acabado con una caída acumulada de los ingresos hoteleros del -77,2% en los destinos vacacionales y urbanos más relevantes del territorio español, revela el Barómetro de Rentabilidad de Exceltur, realizado con información del INE.

Profesionalhoreca, playa vacía
En 2020 el 54,7% de la planta hotelera de los principales destinos turísticos españoles no ha podido abrir, un realidad especialmente dramática en los destinos vacacionales del litoral mediterráneo y Baleares

Una caída en picado que se deriva de un nivel de ingresos por habitación disponible de 31€ de media de todas las categorías hoteleras (la mitad que en 2019), obtenido tan sólo en el 45,3% de los hoteles que han podido abrir en 2020.

La situación hotelera es el espejo de la debacle para el conjunto de empresas y subsectores que forman la cadena de valor turística. La realidad del sector en 2020 ha venido marcada, según Exceltur, por:

  • El cierre continuo de establecimientos por las restricciones impuestas debido a la pandemia, que han situado en niveles mínimos la demanda turística. De hecho, a lo largo de 2020 el 54,7% de la planta hotelera de los principales destinos turísticos españoles no ha podido abrir (725 mil plazas de media al mes). Esta realidad es especialmente dramática en los destinos vacacionales de sol y playa del litoral mediterráneo y Baleares, donde el 60% de establecimientos turísticos de todo tipo que no han abierto, llevan sin generar ingresos desde que concluyó la temporada de verano de 2019
  • Los bajos niveles de ocupación alcanzados (el 38,8% de media) en los escasos meses que han permanecido abiertos, aquellos hoteles que han podido abrir.
  • El notable esfuerzo en ofertas y descuentos para atraer a una demanda muy limitada por restricciones administrativas ymarcada por la cautela debido al miedo a los contagios.
  • La situación de incertidumbre, con aperturas parciales y provisionales seguidas de cierres continuos de muchos establecimientos, que junto con las inversiones ypara adaptarse a los protocolos de seguridad sanitaria han elevado notablemente los costes operativos.

Las 46 ciudades y los 51 destinos vacacionales recogidos en el Barómetro de Exceltur comparten la caída del -77% de sus ingresos en 2020 respecto de 2019:

  • En el caso de los destinos urbanos, las ciudades de mayor tamaño y con mayor peso de la demanda internacional y de negocios se ha visto fuertemente afectadas por los límites a la movilidad, los cierres perimetrales dentro de España y la expansión del teletrabajo. Como resultado, la facturación en sus hoteles se ha hundido un -77,0% en 2020 respecto a 2019, elevándose al -86,8% si se elimina el efecto del buen inicio de enero y febrero de 2020. En las ciudades se ha mantenido una mayor parte de planta abierta, pero con ocupaciones muy bajas del 40,8%, cubiertas en gran parte por demanda local, y profundas caídas en precios hasta hundir los ingresos promedio de todas las categorías hoteleras, por cada habitación disponible hasta los 31€ vs los 73€ de 2019, además de desaparecer las ventas por alquiler de salas, reuniones y congresos.
  • Compartiendo profundas caídas de ingresos del -77,2% respecto a 2019, los destinos vacacionales de la costa han presentado otra realidad, muy marcada por el dispar desempeño del verano según el posicionamiento de mercado de cada destino. La temporada estival ha estado condicionada por la ausencia de demanda en todos los destinos más dependientes de la demanda extranjera (Baleares, Canarias, el litoral catalán, la Costa del Sol y la Costa Blanca). Por el contrario, en los destinos de mayor demanda española, tanto de la costa de Cádiz y Huelva, el Levante y el norte de España, han conseguido cerrar con menos caídas en sus ingresos.

Se necesita un plan de rescate urgente

Desde Exceltur insisten en la necesidad de un urgente plan de rescate para el conjunto del sector turístico español, basado esencialmente en ayudas directas a fondo perdido.

Un plan de medidas combinadas: ayudas directas y mantenidas hasta que aparezcan los primeros indicios sólidos de recuperación de los viajes (idealmente no antes de verano); extender el esquema de los Ertes hasta diciembre de 2021, bajo la fórmula de un nuevo ERTE de carácter más estructural, e introducir la figura del bono de viajes y la bajada del IVA, «para impulsar la demanda en cuanto la confianza sanitaria permita de nuevo la movilidad hasta mínimo diciembre».