El nuevo y elegante restaurante de Rafa Zafra en Barcelona toma su nombre del amor por la ciudad del cinco estrellas más antiguo de Barcelona, así como de la pasión del chef sevillano por los productos del mar.

Amar Barcelona, el nuevo restaurante de El Palace Barcelona y Raza Zafra, apuesta por un modelo que combina historia y modernidad: el toque toque fresco, joven y renovado de Zafra en el confortable y elegante espacio del exclusivo hotel barcelonés.

Profesionalhoreca, Rafa Zafra en el restaurante Amar Barcelona
Rafa Zafra, en la sala de Amar Barcelona

Así, con la gestión de este nuevo restaurante, el chef sevillano (que también colabora en la apertura de Mar Mía, en el hotel Ocean Drive de Madrid) quiere “aportar una cocina honesta, basada en la calidad del producto, apostando por la ‘casualización’ del lujo en un entorno único y elegante”, explica. Cuenta como compañeros de viaje con sus socios Anna Gotanegra y Ricardo Acquista, que participan junto al equipo de El Palace Barcelona tanto en la gestión como en la parte creativa del proyecto.

Amar Barcelona cuenta, además, con la presencia del chef Gonzalo Hernández como jefe de cocina y el subchef Víctor García, personas de confianza de Zafra, que llevan más de 9 años trabajando con él en diferentes proyectos como Estimar, Tickets, Heart, Els Brancs y Cala Jondal.

También se suman al nuevo restaurante Pablo Wübbe en la sala y Pol Perelló, encargado de la puesta en marcha del restaurante y que lleva más de 20 años trabajando junto a Zafra en diferentes proyectos desde que se conocieron en El Bulli. En lo que respecta a El Palace Barcelona, el creador del proyecto es el director General Friedrich Von Schönburg, que desde que llegó al hotel hace tres años tenía la ilusión de abrir un nuevo restaurante, hasta que conoció a Rafa Zafra y surgió la química entre ellos.

Una carta con sabor a mar y un extenso abanico de vinos

Profesionalhoreca, detalle de mesa en el restaurante Amar Barcelona
Detalle de las mesas desnudas de Amar Barcelona

La carta de Amar Barcelona lleva el inequívoco sello de Rafa Zafra (y de su amor por el mar, con productos fetiche del chef como el caviar y las ostras, pero también con guiños a los clásicos que formaron la carta del que fuera en su día el Ritz de Barcelona (hoy El Palace Barcelona), o a la cocina tradicional catalana.

Las cocciones van desde el crudo al marinado, sin olvidar salazones, vapor, fritos y guisos hasta llegar a la parte más extensa de la carta protagonizada por las brasas. Asimismo, los productos locales y de temporada son la case de las recetas.

La selección de postres, fruto de la colaboración entre Víctor García y Francisco Zafra, busca recuperar clásicos, utilizando cocciones más cortas y reduciendo el azúcar para obtener texturas más ligeras.

En lo que respecta a la carta de vinos, asesorada por Quim Vila, propietario de Vila Viniteca, es extensa y sus referencias están expuestas en la gran vinoteca que preside la sala.

Profesionalhoreca, sala del restaurante Amar Barcelona
La vinoteca es protagonista en la sala, que no pierde la elegancia de El Palace barcelonés

Un cuidado interiorismo

El cuidado proyecto de interiorismo de Amar Barcelona nace de la voluntad de conjugar la tradición de un edificio histórico como El Palace Barcelona con matices contemporáneos y actuales con el objetivo de poner en valor la historia de uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad.

Así, las interioristas Elena Prats y Eva Pous han optado por utilizar diferentes tonalidades de azul con elementos dorados, colores que evocan entornos lujosos y palaciegos. Dos enormes lámparas de lágrimas originales conviven en la sala con luminarias muy arquitectónicas, cuyas estructuras minimalistas incorporan un toque de modernidad al conjunto.

En lo que respecta al mobiliario, articulado a partir de la barra rectangular que preside la sala, puede modularse en función de las necesidades de los comensales.

Profesionalhoreca, sala del restaurante Amar Barcelona
La barra rectangular, en dorado, preside la sala

El acceso al restaurante se realiza mediante un espectacular túnel dorado flanqueado, en una de sus paredes, por vitrinas de joyería que mostrarán el producto con el que Rafa Zafra elabora sus recetas. Al otro lado de las vitrina se abre un espacio privado con capacidad para diez comensales.

Por otro lado, durante los primeros meses de apertura, el restaurante cuenta con esculturas de la serie “Infancia robada” del artista vasco Íñigo Manterola en algunas de las mesas.