El sector hostelero español ha aceptado de manera generalizada las restricciones que impone el nuevo decreto de ahorro energético, aunque algunas asociaciones, como Hostelería Madrid, se muestran contrarias.

Profesionalhoreca, aire acondicionado en un restaurante

Según las medidas del plan de ahorro energético aprobadas recientemente por el Gobierno español en el Real Decreto-ley 14/2022, de 1 de agosto,  el aire acondicionado en grandes superficies, comercios y edificios públicos (incluidos los establecimientos hosteleros) no podrá estar por debajo de los 27 grados centígrados, y en invierno, en esos mismos lugares la calefacción no podrá superar los 19 grados. Para preservar estas medidas, los edificios y los locales estarán obligados al cierre automático de las puertas a partir del 30 de septiembre.

Son medidas vigentes hasta el 1 de noviembre de 2023 en todo el territorio nacional, y se encuentran en el marco del plan de ahorro energético propuesto por la Unión Europea.

En declaraciones a diferentes medios, el presidente de la patronal Hostelería de España, José Luis Yzuel, aunque reconoce que el decreto ha generado ciertas dudas por las prisas, cree que llega en el mejor momento: “Nos van a obligar a algo que nos conviene, que es ahorrar”, señala.

Yzuel asegura que e trata de un decreto «flexible», que permite a los hosteleros adecuar la temperatura de sus establecimientos con la del exterior, buscando el confort de plantillas y de clientes, y que pese a las discrepancias surgidas en algunas comunidades autónomas los hosteleros van a cumplir la norma «y tienen los deberes hechos».

De hecho, el residente de Hostelería de España señala que muchos hosteleros ya aplicaban esta medida con anterioridad debido a la ley de 2009 sobre ahorro de energía contemplada en el Plan de Activación del Ahorro y la Eficiencia Energética 2008-2011. Además, ante la coyuntura socioeconómica muchas empresas hosteleras estaban ya reduciendo costes: ajustando horarios, termostatos, luces…

Ante las discrepancias de algunas comunidades autónomas con el decreto, Yzuel ha evitado entrar en lo denomina «excesivo runrún político» y pide «concienciación, flexibilidad y respeto«. «Nosotros tenemos que cumplir con la norma, que nos obliga, y nos interesa a todos intentar ahorrar, por nuestro negocio, por solidaridad y porque Europa nos lo exige. Y si además repercute en nuestra cuenta de explotación, bienvenido sea», asegura.

Hosteleros de Madrid, en desacuerdo

Por su parte, la asociación Hostelería Madrid considera que el límite de temperaturas marcado en el decreto energético les hará perder clientes y que esto se traducirá en 1,3 millones de euros menos al día. Consideran que sufrirán hasta finales de septiembre una pérdida de 116 millones de euros, con un descenso de un 3% de clientes que podría llegar al 5% por la desaceleración del turismo.

Por su parte, la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM) considera “acelerado e improvisado” el decreto de medidas de ahorro energético y considera incoherente aplicar estas medidas «en pleno agosto, cuando todos los destinos están llenos de turistas«, por lo que teme que este tipo de limitaciones acabe suponiendo cancelaciones en las reservas.