La pandemia lo ha cambiado todo y también las ganas, exigencias y forma de viajar. ¿Cómo van a ser los viajes que vienen cuando pase todo esto? Estas son las interesantes predicciones de un gigante como Booking.

profesionalhoreca, viaje en la naturaleza

Los viajes van a cambiar para siempre como consecuencia de la pandemia. La innovación en la industria avanzará más rápido que nunca para responder a los cambios que se han producido en los comportamientos y expectativas de viaje.

Los viajeros buscarán mayor seguridad y opciones más sostenibles para sus viajes, pero también cambiarán sus preferencias en cuanto a dónde y con quién viajar. Se mantendrá la nueva tendencia de viajar cerca de casa, que empezará a convivir con la fascinación por los destinos más lejanos, y también se empezará a desdibujar la separación entre trabajo y viajes. Todos estos elementos van a suponer un aumento astronómico en el nivel de exigencia por parte de los viajeros, revela un estudio de Booking.com realizado entre más de 20.000 viajeros de 28 países, que desvela nueve tendencias de los viajes que vienen a partir del año que viene.

1. Viajar como necesidad

A pesar de las continuas interrupciones, restricciones e incertidumbre, el deseo innato de viajar no ha disminuido. El confinamiento ha hecho que se quiera salir más que nunca: el 53% de las personas encuestadas ha manifestado un deseo claro de ver más mundo y el 42% quiere viajar más en el futuro para recuperar los viajes que no pudieron hacer en 2020 (el porcentaje sube al 51% entre la Generación Z y al 49% entre los millennials). Con estas perspectivas, las empresas de viaje ofrecerán nuevos itinerarios y recomendaciones para satisfacer el ansia de viajar.

2. Calidad-precio ante todo

El fuerte impacto económico del coronavirus va a suponer, de forma inevitable, que en el futuro la gente quiera recibir más por su dinero. El 62% de los viajeros tendrá más en cuenta el precio al buscar y planear un viaje en el futuro, y el 55% ha afirmado que buscará promociones y descuentos, un comportamiento que según Booking va a durar años.

Pero lo que la gente espera obtener va mucho más allá del precio, y casi tres cuartas partes (el 74%) señala que quiere que las plataformas de reservas de viajes sean más transparentes al informar de las condiciones de cancelación, los procesos de reembolso y las opciones de seguros de viajes. Además, el 46% opina que los alojamientos con opciones reembolsables serán indispensables al planear un viaje, y el 36% considera que es clave poder cambiar la fecha del viaje sin ningún cargo.

Los viajeros quieren apoyar la recuperación de la industria turística, pero también van a ser más exigentes. Por ello, «el sector va a tener que unirse y dar una respuesta innovadora que ofrezca más valor, más opciones y mayor flexibilidad y transparencia. Asimismo, tendrá que ofrecer experiencias más significativas el día de mañana, ya que a partir de 2021 los viajeros van a vigilar mucho más sus gastos», señala el estudio.

3. Más que turistas, “localistas”

En la nueva realidad, los viajes nacionales se han puesto en cabeza, ya que son una forma de viajar más fácil, más segura y normalmente más sostenible. En el futuro, quedarse cerca de casa y sentirse «un poco menos turista» seguirá estando muy presente en el sector. El 47% de las personas planea seguir viajando por su propio país a medio plazo (7-12 meses) y el 38% piensa seguir haciéndolo a largo plazo (dentro de más de un año).

Al hablar de viajes locales, el 43% pretende descubrir un destino nuevo en su región o país, mientras que el 46% se reservará algunos días para disfrutar de la naturaleza en su propio país. El 50% quiere viajar a un destino que ya conozca y le resulte familiar, independientemente de que esté cerca o no.

No irse demasiado lejos supone un ahorro de tiempo y dinero, a lo que los destinos y alojamientos responderán con una mayor oferta de tours históricos y culturales.También se luchará por captar la atención del turista con ofertas cada vez más originales, que pueden incluir chefs invitados y cócteles personalizados. Aumenta también la demanda de los establecimientos que admiten mascotas.

Todo esto supondrá un nuevo resurgir de los «road trips», que permiten descubrir tesoros ocultos, ayudar a mantener los negocios y comunidades locales que quieren reconstruirse, y reconectar con la historia y la belleza de los destinos más cercanos.

No obstante, todo este movimiento no va a sustituir a los grandes viajes a destinos lejanos. Este cariño a lo más familiar va a convivir con el amor y la anticipación que provocan los grandes viajes. De hecho, el 21% de las personas encuestadas pretende viajar a la otra punta del mundo a finales de 2021, en comparación con el reducido 6% que quería hacerlo a finales de 2020.

4. Objetivo: evasión

Intentando distraerse durante el confinamiento, la gran mayoría de los viajeros (el 95%) pasó tiempo buscando inspiración para sus vacaciones, y más de un tercio (el 38%) buscaba, al menos una vez a la semana, destinos a los que poder ir.

Teniendo en cuenta que las restricciones siguen cambiando continuamente, es previsible que los destinos y alojamientos se inventen nuevas formas de monetizar las ganas que tiene la gente de escaparse y disfrutar de experiencias. Muchos alojamientos, por ejemplo, han aumentado su presencia en redes sociales con contenido de influencers, y los organismos de turismo local han creado contenido a partir de imágenes generadas por ordenador para mostrar todo lo que ofrecen.

De todas formas, las redes sociales no son la única fuente de inspiración para viajar: el 36% habla con familiares o amigos para hacer saltar esa chispa, y un tercio (32%) dice que la nostalgia que siente al ver fotos de vacaciones pasadas le ayuda a tomar decisiones sobre su próximo viaje, «lo que podría significar que lo analógico va a ser una fuente de inspiración que estará cada vez más presente en nuestras redes sociales».

Las ventajas de intercambiar historias, cuando vuelva a ser seguro viajar, servirán como motor para alimentar nuevas formas de compartir y conectar con otras personas.

5. Seguridad y limpieza

El 79% de los viajeros de todo el mundo tomará más precauciones debido al coronavirus y esperará que el sector de los viajes le ayude a prepararse para esta nueva normalidad. Los gobiernos, las asociaciones y los proveedores de viajes tendrán que trabajar juntos para fijar unos estándares que ayuden a mantener la seguridad durante los viajes.

Además, con unas expectativas cada vez más altas, algunos destinos y negocios tendrán que hacer un esfuerzo extra para volver a ganarse la confianza de los clientes. El 59% de los viajeros evitará ciertos destinos (porcentaje que sube al 67% entre la generación del baby boom), y el 70% espera que las atracciones turísticas se adapten para cumplir las normas de distanciamiento físico. Además, el 70% solo reservará un alojamiento si las medidas de salud e higiene que ha aplicado son claras, y el 75% preferirá los alojamientos que usen productos antibacterianos y desinfectantes.

A corto plazo también se producirán cambios en los métodos de transporte preferidos, y es que casi la mitad de los encuestados (el 46%) evitará el transporte público por miedo a contagiarse de coronavirus. Esto provocará un cambio a largo plazo en cómo las personas llegan y se mueven por el destino, lo que se traducirá en un mayor uso del coche, tanto de alquiler como propio.

La «nueva normalidad» también hará que los viajeros den más importancia y adopten más medidas relacionadas con la salud y la seguridad, muchas de las cuales se convertirán en rutina. El 67% aceptará viajar a destinos que tengan controles médicos a la llegada y el 62% aceptará llevar mascarilla en los espacios públicos. Las medidas de cuarentena seguirán siendo las menos populares, con solo un 27% de los viajeros dispuestos a aceptarlas para poder viajar a un destino determinado.

6. Conciencia medioambiental

El 53% de los viajeros de todo el mundo quiere viajar de forma más sostenible en el futuro, lo que va a suponer un aumento de la conciencia medioambiental a partir de 2021. Uno de los motivos es que el coronavirus ha hecho que las personas sean más conscientes del impacto que tienen en el medio ambiente y en las comunidades locales.

El 69% espera que el sector de los viajes ofrezca más opciones para viajar de forma sostenible, lo que supondrá más visitas a destinos alternativos en un intento de evitar la temporada alta (51%) y las grandes aglomeraciones (48%). El 63% de los viajeros señala que no se acercará a las atracciones turísticas más visitadas, lo que obligará a los destinos a adoptar nuevas medidas para gestionar el aforo y contentar así a quienes visiten su país.

Además, los efectos del coronavirus han hecho que más de la mitad de los encuestados (53%) se plantee reducir residuos y reciclar durante su viaje cuando se hayan eliminado las restricciones, lo que demuestra que la gente no solo quiere protegerse, sino que también quiere proteger los destinos que visita.

Los viajeros creen que a largo plazo la industria tendrá que adaptarse a este pensamiento sostenible y ofrecer paquetes más atractivos para viajar fuera de temporada (46%) o proponer destinos alternativos para prevenir la masificación (36%). Al mismo tiempo, los viajeros quieren que los operadores de viaje sean más transparentes al explicar cómo se va a usar su dinero para reconstruir comunidades, lo que empezará a crear un turismo más regenerativo. Dos tercios de las personas encuestadas (el 67%) dijeron que les gustaría que sus decisiones de viaje contribuyeran a la recuperación de un destino, y más de la mitad (el 55%) quiere que su dinero vuelva a las comunidades locales.

7. Adiós al horario de oficina

El teletrabajo se ha convertido en una práctica muy extendida durante la pandemia y en muchos casos ha llegado para quedarse. Eso va a significar que en el futuro habrá viajes más largos en los que se combinarán como nunca el ocio y el trabajo.

Sin la obligación de tener que ir a la oficina de lunes a viernes y con ganas de cambiar de escenario después de estar trabajando en casa, van a aumentar de forma significativa los viajes que se alargan una o dos semanas para trabajar en remoto, y también se pedirán más días de vacaciones antes o después de un periodo de teletrabajo. El portátil pasará a ser parte fundamental del equipaje y, a la hora de elegir alojamiento, el hecho de que este disponga de un sitio en el que poder usarlo cómodamente será un factor muy importante.

Más de un tercio de los viajeros (el 37%) ya se ha planteado reservar un alojamiento para trabajar en remoto desde otro destino, y un 40% estaría dispuesto a cumplir cuarentena al llegar al destino si pudiera teletrabajar.

Las plataformas de viaje y los alojamientos mostrarán de forma prioritaria las instalaciones disponibles para trabajar y la velocidad del wifi, para captar esta nueva ola de nómadas digitales. Asimismo, en el mundo de los viajes de negocios aumentará la demanda de privacidad, limpieza y estancias más largas, lo que llevará a los alojamientos alternativos a mejorar todo lo relacionado con el teletrabajo.

Aunque las empresas se replantearán los viajes de negocios en el futuro, las personas que viajan por trabajo seguirán aprovechando al máximo estos viajes, y más de la mitad (el 52%) ha dicho que alargaría un viaje de trabajo para poder disfrutar de tiempo libre en el destino.

8. Los pequeños placeres

Pasar tanto tiempo en casa ha supuesto un reajuste en las prioridades a la hora de viajar y ha generado un deseo de disfrutar más de nuestros recursos naturales. Más de dos tercios de los viajeros (el 69%) querrán disfrutar de pequeños placeres, como pasar tiempo al aire libre o irse de vacaciones en familia. Más de la mitad (el 56%) buscará experiencias rurales o que le permitan estar en contacto con la naturaleza.

Teniendo en cuenta el reciente interés por la privacidad, por tener suficiente espacio y por controlar aspectos como la limpieza y la higiene, en el futuro veremos un aumento de las búsquedas de alojamientos tipo casa, y es que el 42% ya prefiere alojarse en una casa o un apartamento en vez de en un hotel, frente al 64% de los viajeros que preferían el hotel en el 2019.

Casi la mitad (el 46%) preferirá comer en el alojamiento en vez de en un restaurante, así que una cocina bien equipada será imprescindible en cualquier alquiler vacacional. Los viajes de relax también ocuparán un puesto importante en la nueva normalidad, ya que más de la mitad de los encuestados (el 51%) señala que ese es su tipo de viaje preferido, seguido de las escapadas a la playa (40%) y los viajes urbanos (29%).

9. “Espontecnicidad”

La innovación tecnológica va a desempeñar un papel crucial a la hora de recuperar la confianza de los viajeros, y vamos a ver un aumento sin precedentes en el uso de la tecnología para adaptarse a nuevos tipos de viajeros.

Además, la tecnología va a ayudar a recuperar la espontaneidad, la confianza y la facilidad de antes, y permitirá que la gente viaje de forma segura y responsable. Hoy día ya existe un 64% que piensa que la tecnología será importante a la hora de controlar los riesgos para la salud al viajar, y el 63% cree que los alojamientos tendrán que usar lo último en tecnología para que sus clientes se sientan seguros.

Más de la mitad de las personas (el 53%) querrá soluciones tecnológicas para reservar mesa en un restaurante a última hora, y el 21% querrá más máquinas de autoservicio y menos mostradores de venta de entradas. El 55% confía en el potencial de la tecnología para personalizar aún más sus experiencias de viaje en el futuro. Esta dependencia de la tecnología seguirá aumentando a medida que sus ventajas sean más tangibles y su uso se integre cada vez más en nuestros viajes.

Las innovaciones supondrán más cambios, y las experiencias online mejoradas tendrán un impacto en cómo la gente planifica y se comporta durante el viaje. Más de un tercio (el 36%) estaría dispuesto a ir a un destino desconocido si antes ha podido verlo mediante un dispositivo de realidad virtual. Eso sí, la experiencia real seguirá superando con mucho a la virtual, y es que solo un 30% cree que vaya a participar más en tours, talleres o experiencias online o virtuales organizadas por atracciones turísticas.

Es decir que, aunque confiemos en la tecnología para conseguir una experiencia de viaje más fácil, personalizada y sin preocupaciones, seguirá siendo más un medio que un fin y, de momento, no podrá reemplazar el ver, sentir y saborear en primera persona.

«2020 ha sido un año sin precedentes y, aunque el sector de los viajes va a tardar en volver a los niveles de antes de la pandemia, esta situación ha confirmado que viajar juega un papel fundamental en nuestras vidas, señala Arjan Dijk, vicepresidente sénior y Chief Marketing Officer de Booking.com. «En estos momentos de incertidumbre, sigue alegrando e inspirando a personas de todo el mundo que sueñan, planean o recuerdan los viajes que han hecho o están deseando hacer. Creo que tienen potencial para volver con más fuerza que nunca como uno de los principales motores de crecimiento, igualdad y prosperidad en todo el mundo».