El desperdicio de alimentos es un problema real que afecta directamente a millones de personas en el mundo y tiene graves consecuencias sociales y medioambientales. La hostelería tiene un papel clave, ya que el 26% de los alimentos que acaban en la basura provienen de sus establecimientos.

Según los datos del Índice de desperdicio de alimentos 2021 publicado por la ONU, solo en 2019 se desperdiciaron 931 millones de toneladas de comida, lo que supone el 17% de la producción total de alimentos en el mundo. Para visualizar aún mejor estos números, imaginemos 23 millones de camiones de 40 toneladas, completamente cargados de alimentos, y que puestos en fila darían siete vueltas al planeta.

Paralelamente, y según la FAO (Organización de las Naciones Unidas por la Alimentación), 690 millones de personas pasaron hambre en 2019, una cifra que se espera que aumente de manera drástica tras los efectos causados por la pandemia. Por otra parte, además, 3.000 millones de personas no pueden asumir el coste de una dieta saludable.

Es importante tener claro que las consecuencias del desperdicio de alimentos son tanto sociales como medioambientales, pues a través de su producción y eliminación se emiten alrededor de 170 millones de toneladas de CO2 solo en la Unión Europea.

¿Qué papel juega la hostelería en esta situación?

Según este documento, el 26% de los alimentos que acaban en la basura provienen de las empresas del sector de la hostelería, es decir, restaurantes, bares, hoteles y colectividades.

Si nos centramos en la hostelería española, según un estudio realizado por Unilever Food Solutions, el 7% de la comida de los restaurantes se desperdicia. Un establecimiento de restauración suele tirar unos 2,5 kilos de comida al día, lo que supone un total de más de 63.000 toneladas al año solo en España.

A través del anteproyecto de ley para combatir el desperdicio alimentario, se pretende fomentar la donación de alimentos por parte de bares y restaurantes, así como proporcionar envases a los clientes para que puedan llevarse los restos de su pedido a casa.

Pongámonos manos a la obra

Hablemos ahora de restaurantes o de negocios de hostelería más centrados en colectividades. Hay muchas otras acciones que se pueden llevar a cabo para reducir la cantidad de desperdicios generados durante la actividad del día a día.

Ante todo, es importante hacer un autodiagnóstico sobre el negocio y entender de dónde viene el problema para, más adelante, desarrollar un plan de acción para solventarlo, involucrando a cada una de las personas del equipo para cumplir este objetivo.

En Mapal Group son conscientes de la importancia y la gravedad de la problemática. Por ello, dentro de su herramienta Easilys f&b cuentan con un módulo 100% enfocado en ayudar a las empresas a gestionar la reducción de desperdicios.

No obstante, hay ciertas acciones que cualquier establecimiento puede poner en práctica desde ahora mismo para empezar a mejorar su tasa de desperdicio de alimentos, y que Mapal propone con motivo de la Semana de Reducción de Residuos:

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