/p>>Ante el anuncio del Gobierno de que elaborará un Real Decreto para regular el uso de los envases de aceite en hostelería, con un sistema de protección que impida rellenar el recipiente (es decir, se habrán de utilizar botellas o aceiteras irrellenables), la reacción de los hosteleros no se ha hecho esperar: es una medida que puede encarecer el aceite, no cuida el medio ambiente y acabará perjudicando al propio aceite de oliva.

Las tradicionales aceiteras rellenables desaparecerán de las mesas de los restaurantes
Las tradicionales aceiteras rellenables desaparecerán de las mesas de los restaurantes

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, anunció durante la entrega de los Premios a los mejores aceites de oliva 2012-2013 la elaboración, por parte del Ministerio, de un Real Decreto por el que se establecen determinadas medidas de comercialización en la hostelería de los aceites de oliva y del aceite de orujo de oliva.
El objetivo es que los aceites suministrados para el autoservicio en los establecimientos hosteleros se presenten en “envases etiquetados y provistos de un dispositivo que los haga irrellenables, para garantizar la autenticidad del contenido de los envases y defender los intereses de productores y consumidores”, dice el Ministerio. Se trata de una medida anunciada por Bruselas que finalmente fue retrasada por presiones de otros Estados Miembros.
Aun así, el Gobierno busca implantar la medida a nivel nacional, e incluso «hablar con otros Estados Miembros para que establezcan medidas similares», aseguró Arias Cañete.
Los hosteleros responden
Ante este anuncio, desde la Federación Española de Hostelería han recalcado «el importante esfuerzo que la hostelería ha venido realizando para poner en valor y acercar a nuestros clientes el aceite de oliva español«.
La Fehr, en representación de todas las asociaciones del sector, plantea las siguientes alegaciones al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente:
– El temor de que los nuevos formatos supongan un incrementos de los precios del aceite de oliva.
– La medida no toma en consideración los aspectos medioambientales. Producirá un incremento del volumen de envases, plásticos y vidrios, «que no tiene justificación práctica y será de gran impacto medioambiental».
– No se ha realizado estudio de las nuevas necesidades logísticas, de ubicación del producto y de espacio que harán que el aceite pueda desaparecer de muchas ubicaciones y ser sustituido por condimentos y aliños diferentes, más cómodos, sencillos, económicos y no sujetos a normativas tan estrictas como la que se pretende imponer al aceite de oliva.
– No se ha valorado el impacto de desplazamiento de la demanda, que producirá una multiplicación de entre cinco y siete veces el precio del producto.
– No se ha valorado el desperdicio alimentario que producirán unos envases, por ejemplo de 20 cl, «que en casi ningún caso se agotan en el uso monodosis y que sin embargo se convierte en residuo y por tanto derroche alimentario» (incompatible con criterios de racionalidad en base a la estrategia de reducción de desperdicio alimentario).
– Se produce un perjuicio de pérdida de personalización de los establecimientos, que no pueden utilizar sus propios dispensadores. Además, se rechaza de plano la asociación de aceitera rellenable con la de envase de poca calidad o producto de mala calidad.
– Que el producto no tenga etiqueta cuando está en la mesa del restaurante o la barra del bar no es una pérdida de información al consumidor, ya que se dispone de cartas, paneles «y lo que es más importante, el conocimiento y atención de nuestro personal de sala y barra», dicen los hosteleros. «Los establecimientos de hostelería no son supermercados, por ello no tener la etiqueta no es sinónimo de desinformación».
Los aceites premiados
Por otro lado, los premios a los mejores aceites de oliva virgen extra 2012-2013 que concede el Ministerio han recaído, en la categoría de producción convencional, en tres aceites: el de la Almazara de Muela, S.L., de Priego de Córdoba (Córdoba), dentro del grupo «Frutados Verdes Amargos»; el de Almazaras de la Subbética, de Carcabuey (Córdoba), en «Frutados Verdes Dulces»; y el de la Cooperativa Agrícola i Caixa Agrària de Cambrils, de Cambrils (Tarragona), del grupo «Frutados Maduros».
En producción ecológica, el premio ha sido para la Finca La Reja, S.L., de Bobadilla-Antequera (Málaga), una empresa también ganadora del premio «Alimentos de España 2012-2013».