Debido a la pandemia, España ha pasado de recibir 80 millones de turistas en 2019 a 26 millones en 2020. Una situación nunca vista que hace reflexionar a Vicente Romero, presidente y fundador del Circulo Internacional de Directivos de Hotel (CIDH), en este artículo.

Profesionalhoreca, Vicente Romero
Vicente Romero

Me siento un privilegiado por lo vivido, aunque me causa profunda tristeza el estado actual. Acostumbrado a retos diarios dentro del hotel, donde el objetivo es hacer felices a nuestros clientes, nos encontramos como en una pesadilla de la cual nos gustaría despertar y decir «ha sido un mal sueño».

Por desgracia, no es un sueño; el mundo ha caído en un pozo sin fondo y no tenemos quien nos tire una cuerda. Me entra desazón al no comprender lo que sucede; hay cosas que son difíciles de explicar.

Toda la vida trabajando y soñando con un futuro mejor… y llegó el cambio.

En mis inicios en la hostelería trabajábamos con ilusión y con afán de superación constante para ir ascendiendo en la profesión más maravillosa del mundo.

Como director, aunque no existían los manuales corporativos, teníamos un presupuesto aprobado por presidencia y el director financiero que libremente debíamos gestionar en todo el hotel, desde reformas a inversiones, pasando por campañas comerciales. Eramos responsables de todo lo que pasaba en el hotel, teníamos que conocer muy bien todos los departamentos y tareas para lograr rentabilidad.

«Toda la vida trabajando y soñando con un futuro mejor… y llegó el cambio»

Ejercíamos de director comercial, llenar un hotel de 190 habitaciones era un reto sin Internet. Había que tener contactos y amigos en todas partes. Existían los valores y la ética profesional, puntos que en muchos lugares están en desuso.

Debíamos tener creatividad en todos los aspectos, incluido en interiorismo. Elegíamos el equipamiento y decoración de nuestras instalaciones, de nuestro criterio dependía la funcionalidad y la duración de los mismos.

Sentíamos responsabilidad personal y empresarial y un compromiso para administrar con prudencia todo el colectivo. A la hora de contratar los equipos se hacía con astucia y ingenio. Nuestra capacidad de selección era muy importante para formar un buen equipo.

Evidentemente teníamos incidencias, algunas graves que había que solucionar individualmente. No había una central que solucionara el problema. Negociábamos bien con el sindicato para no tener desavenencias, y siempre ganaba la sensatez.  

Pero ¿ y ahora qué?

Sin duda, ante esta situación, la hostelería deberá afrontar nuevas tendencias de gestión interna.

Nos encontramos ante una crisis de salud, una crisis económica y una situación administrativa que no pone en valor nuestra industria. ¿Hay quien da más? Ante estos retos evidentemente tenemos un cambio y no precisamente por la evolución del cambio tecnológico, que también, pero es el factor menos importante comparado con los otros puntos.

Los directivos hoteleros van a tener que enfrentarse a nuevos retos que nada tendrán que ver con lo conocido; será crucial la preparación personal y empresarial para aguantar el cambio, evidentemente sin olvidar la esencia de la hostelería, la amabilidad en el trato al cliente. El día que no percibas valores en un hotel habrás entrado en otro lugar.

«Es fundamental, para afrontar los nuevos retos, tener más colaboración entre los profesionales, ya que las nuevas competencias que se presentan nos obligaran a crear más alianzas con colaboradores del sector»

La tendencia principal será un liderazgo compartido. Es fundamental, para afrontar los nuevos retos, tener más colaboración entre los profesionales, ya que las nuevas competencias que se presentan nos obligaran a crear más alianzas con colaboradores del sector, sólo esto nos permitirá gestionar el tiempo a nivel personal y empresarial.

En cualquier caso, muy lejos de la hostelería que yo viví…