Kike Sarasola vuelve a ser presidente ejecutivo de Room Mate en la nueva etapa de la hotelera, que estrena propietarios. Cuenta también con todo su equipo directivo y los empleados, y asegura que, aunque con cambios, la esencia de la cadena seguirá siendo la misma.

Los nuevos propietarios de la hotelera, el fondo Angelo Gordon y Westmont Hospitality Group, mantienen la confianza en Kike Sarasola y le han nombrado presidente ejecutivo de la nueva Room Mate tras el concurso de acreedores.

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El pasado mes de julio, el Juzgado de lo Mercantil nº 14 de Madrid aprobaba la venta del 100% de Room Mate al fondo de inversión estadounidense Angelo Gordon y el grupo canadiense Westmont Hospitality Group, con una cartera de más de 500 hoteles en Estados Unidos, Europa, África y Asia, tras su oferta valorada en 57 millones de euros. Ambos han renovado la confianza en Sarasola y todo su equipo directivo.

Según ha explicado Kike Sarasola en rueda de prensa, se inicia una nueva etapa para la compañía, cuyo plan estratégico está enfocado al crecimiento y expansión de la marca, tanto en hoteles como en apartamentos y pisos tur`sticos o hostels en toda Europa (han abierto el primero en Estambul, Turquía, bajo la marca Wabi Sabi). No obstante, la filosofía de la cadena no va a cambiar: «Room Mate va a seguir siendo la marca disruptora y divertida de hoteles, con nuevos productos e ideas», asegura.

El presidente ejecutivo de Room Mate destaca que los nuevos propietarios, con comparte valores e ideas, «quieren comprar ladrillo», algo que no hubiese sido posible en la anterior etapa y que representa una gran oportunidad para crecer. Sus prioridades, explica, son «primero comprar, luego gestión y luego alquiler. Nos planteamos todo».

La cadena quiere crecer, sobre todo en Europa, y ya en marcha varias negociaciones para ampliar su cartera actual, que asciende a 22 hoteles y 11 edificios de apartamentos en seis países, principalmente en España, Italia y Países Bajos.

Dentro de Europa, les gusta especialmente España e Italia, «sin cerrarse a otras oportunidades». Sararola ve especial potencial en ciudades pequeñas; en el caso de España destacan Málaga, Sevilla o Valencia; también ciudades secundarias como Cáceres o Sigüenza, y no descartan seguir creciendo en Madrid y Barcelona.

La cadena también está estudiando la creación de una marca de cinco estrellas, un sector al alza; «dar una vuelta» al segmento de tres estrellas, y buscar «alguna buena oportunidad en la línea de hoteles de playa».

Paralelamente al concurso de acreeedores la compañía ha seguido funcionando, y 2022 ha sido un buen año para la misma, «parecido al 2019», señala Sararola, que espera que el primer semestre de 2023 sea positivo, aunque hay incertidumbre para la segunda mitad.

El directivo considera que «muy pronto llegarán a tener beneficios», ya que los nuevos propietarios ya «nos están ayudando a modernizar procesos financieros y estructuras internas«, con lo que «podremos crecer al nivel y velocidad que queremos, señala Sarasola.