El cuadrante de horarios es una labor compleja, que requiere una gran inversión de tiempo y se le da poca relevancia en la gestión del restaurante. Sin embargo, hacerlo adecuadamente puede traducirse en más motivación en el personal, y con ello, más productividad.


Mesa de un restaurante
El cuadrante de horarios muestra cuánto personal debe haber en las diferentes franjas horarias del establecimiento

En un sector tan dinámico como el hostelero, gestionar de manera eficiente el cuadrante de horarios es una tarea aparentemente tediosa y complicada. «No se suele comprender que un buen dominio en la elaboración del mismo puede significar una mayor o menor motivación y productividad de nuestro equipo de trabajo”, explica Marianela Olivares, directora de la consultora de RR HH Linkers, especializada en hostelería.
Así, el cuadrante de horarios es de alto valor para la motivación y organización del equipo. “Si estructuramos y dividimos el cuadrante en las cuatro franjas horarias -desayunos, almuerzos, meriendas y cenas- tendremos una primera disposición de organización que nos permitirá valorar con cuánto personal deberemos contar en cada una de ellas”, señala Olivares.
Ello supondrá evitar lo que suele pasar en algunos establecimientos, queo bien sufren escasez de personal para sacar un servicio o, por el contrario, una sobrecarga de plantilla con superposición de tareas en determinados momentos.
El cuadrante mostrará cuánto personal debe haber en las diferentes franjas horarias, además de identificar qué tareas se deben realizar y a qué profesionales se les debe asignar, buscando una mayor efectividad.
“Tendremos que ubicar los empleados más resolutivos en los horarios de mayor movimiento, y los más organizativos en los horarios de preparación del servicio y montaje del siguiente”, indica la fundadora de Linkers.

M. Olivares: “Tendremos que ubicar los empleados más resolutivos en los horarios de mayor movimiento, y los más organizativos en los horarios de preparación del servicio y montaje del siguiente”

También destaca que una de las claves que los gestores de la empresa de restauración deben tener en cuenta es que “a medida que vamos dominando esta herramienta de organización del restaurante, veremos que para la elaboración de los turnos de los empleados hay que saber que ningún puesto es igual. Todos tienen tiempos distintos de preparación, desarrollo, servicio y cierre que pueden ser similares, pero no iguales”, señala. Por ello variarán además de acuerdo a las exigencias y cambios del entorno.
Los horarios deben ayudar al responsable de personal no sólo a organizar la distribución de jornadas, sino también como guía para valorar la carga de trabajo de cada puesto en las diferentes franjas horarias y, en función de ello, asignar tareas respetando la inversión de tiempo. Todo ello para que la capacidad productiva tenga un óptimo desempeño.
“Por ejemplo, no será la misma organización de tiempo en el periodo estival, cuando el camarero ha sumar a sus tareas diarias la de preparación, montaje y servicio de la terraza, que cuando no la tiene”. Saber reajustar estos tiempos del personal será la clave de una buena productividad.