Ante la importante subida del precio de la energía en los negocios hosteleros, que podría situarse entre un 20% y 40%, la patronal Hostelería de España propone medidas como la creación de bonos eléctricos aplicando los remanentes de las ayudas Covid-19 al sector, no aplicadas, y valoradas en 3.000 millones de euros.

Ante la fuerte subida de los precios de la electricidad y el gas, Hostelería de España ha elaborado un manifiesto en el que explican la situación de extrema gravedad que atraviesa el sector y en el que proponen una serie de iniciativas para hacer frente al problema «e intentar salvar miles de empresas y empleos». 

Tras una encuesta realizada a las asociaciones territoriales, la organización empresarial acordó la puesta en marcha de un calendario de acciones inmediato, que comenzó con un envío de cartas a presidencia del Gobierno y Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico solicitando una reunión para abordar la situación y medidas propuestas.

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El consumo de energía es uno de los costes más relevantes de la hostelería.

Las consecuencias de la subida energética

La energía representa entre el 6% y el 8% de los costes de un negocio hostelero, por lo que una subida de un tercio puede provocar un  aumento de entre el 2% y 3% de los gastos fijos en las empresas del sector.

Por su parte, el coste medio de un local de restauración puede situarse actualmente en una media de entre 3.000 y 6.000 euros, que varía en función del tamaño, la localización y los servicios que se  realicen. De este modo, el porcentaje de subida del recibo de la electricidad dependerá del tamaño y tipo de negocio hostelero, que podría situarse entre un 20%-40%, explican desde la patronal hostelera.

Ante esta situación crítica, el sector ha implementado acciones de mejora y eficiencia en el consumo, pero denuncua la falta de ayudas y apoyos para la reconversión de instalaciones y equipos, y el hecho de que no se ha dispuesto de ayudas para la implantación de fuentes de energía renovables y sistemas de autoconsumo. 

La energía representa entre el 6% y el 8% de los costes de un negocio hostelero, por lo que una subida de un tercio puede provocar un  aumento de entre el 2% y 3% de los gastos fijos en las empresas del sector

Las medidas que propone Hostelería de España

  1. Una reclasificación por los cambios en su estructura de costes, y disponer de un estatuto similar al de consumidor electro intensivo.
  2. La aprobación y puesta en marcha de bonos eléctricos: aplicando los remanentes de las ayudas Covid-19 al sector, no aplicadas, y valoradas en 3.000 millones de euros. Para ello es necesario que diseñen medidas de apoyo al consumo, reducción de costes y transición hacia fuentes de energía renovables desde las diferentes administraciones; nacional, autonómica y local en Diputaciones y Ayuntamientos.
  3. Búsqueda de fórmulas de contratación adaptadas a la realidad de sector. Se deben revisar los sistemas de contratación en términos de potencia, discontinuidad a lo largo de diferentes periodos en el año, y eliminación de penalizaciones.
  4. Rebajar los impuestos eléctricos y los costes regulatorios, estableciendo suspensiones temporales, moratorias y aplazamientos.
  5. Otorgar avales públicos para poder acceder a compras de suministros renovables a largo plazo por parte de grupos de usuarios.
  6. Promover los sistemas de compra agrupada y subastas de contratación en el sector.

Se necesitan medidas diferenciales según las tipologías de negocio y franjas de consumo

Dada la diversidad de negocios de hostelería y su consumo de energía heterogéneo, es necesaria la adopción de medidas diferenciales según las tipologías y franjas de  consumo (fines de semana, ocio nocturno, etc.).

Existe un tipo de consumo muy usual en franjas en que el coste de la energía es punta, por ello es importante poder disponer de mayores fuentes de energía renovable y autoconsumo, así como de fórmulas de contratación más flexibles.

El principal indicador de la subida de los precios es la energía, que a su vez incide sobre el aumento de otros productos y que, por ende, repercute en toda la cadena de producción y distribución.

La subida de la electricidad es el punto de mayor preocupación para los hosteleros, al tratarse de un gasto básico que no se puede eliminar, del que depende el funcionamiento de las cámaras frigoríficas, así, como la calefacción/aire acondicionado, la iluminación o el uso de las placas de inducción.

Previsible caída de ventas

Ante esta situación, los hosteleros manifiestan que, a pesar de los buenos datos generales de la temporada de  verano en materia de ingresos, los márgenes de beneficios y la rentabilidad de los negocios quedan lastrados por el elevado coste, entre otras cosas, del precio de la energía, que experimentó una subida del 37,4% en agosto. En concreto, la electricidad superó el 60% respecto al año anterior. 

Asimismo, la mayor parte de los negocios hosteleros (75%) han notado que el aumento generalizado de costes ha propiciado una tendencia al ahorro por parte del cliente, lo que se traduce en la reducción del ticket medio.

Con estos datos, las previsiones para el último trimestre del año por parte de Hostelería de España son de caída media de ventas: un 71,3% de los encuestados piensa que la facturación va a ser inferior que la de 2019; un 21,7% cree que las ventas se van a mantener, y sólo un 7% piensa que va a superar las cifras precrisis. De los que piensan que la facturación va a ser inferior, más de un 80% cree que la caída va a ser superior al 10%.